sábado, 29 de junio de 2013

Y así estoy yo a un día de mi cumpleaños

Escribo esto sin saber muy bien por qué, mirando a todos lados, como un perro que busca una salida en una perrera.
Ya no sé ni lo que soy, me han dicho tantas cosas a lo largo de mi vida que no sabría decidir por mi misma con cuales quedarme, me siento un ser tan horrible que dificilmente veo mis buenas cualidades.

Y así estoy yo a un día de mi cumpleaños; sola, vacía, con ganas de apretar el gatillo de una Magnum 45mm  en la comisura de mis labios, con ganas de ahogarme en el océano de mi bañera fría, de cortarme cada capilar y artería de mis manos, de marcarme a fuego con cualquier hierro candente como a una res más de una ganadería cualquiera.
Soy el bloque de hormigón que atarán a tu pierna cuando te tiren al mar, el nudo de la soga que te hará levitar, soy el "negra" de la peste, el martillo de un arma. Un complemento indispensable.

Soy un sobre vacío, una calavera seca sin entrañas en cualquier monte, una máquina obsoleta. Eso soy. Eso me siento.

Y así estoy yo a un día de mi cumpleaños; sola, vacía, con ganas de apretar el gatillo de una Magnum 45mm  en la comisura de mis labios, con ganas de ahogarme en el océano de mi bañera fría, de cortarme cada capilar y artería de mis manos, de marcarme a fuego con cualquier hierro candente como a una res más de una ganadería cualquiera.

Me ahogo aquí dentro, me frustro y me hago un ovillo de decadencia que se arrastra por la casa a oscuras, sin saber muy bien que hacer o a donde ir, no encuentro paz en este corral donde me pican el resto de aves.

Me muero aquí dentro, no duermo apenas y me levanto todos los días a la misma hora, las 4:30 AM, siempre igual, siempre con la boca pastosa...como si acabara de despertar del peor de los sueños pero con una inquietante paz. Y todos los días, a las 5:00 comienza a arrullar la lechuza, con su grito de puerta rota, y creo que me duermo, pero sé que solo cierro los ojos. A las diez concilio el sueño y a las doce me levanto.

Y me llaman vaga otra vez.

Y así estoy yo a un día de mi cumpleaños; sola, vacía, con ganas de apretar el gatillo de una Magnum 45mm  en la comisura de mis labios, con ganas de ahogarme en el océano de mi bañera fría, de cortarme cada capilar y artería de mis manos, de marcarme a fuego con cualquier hierro candente como a una res más de una ganadería cualquiera.